Berlín y su iglesia de la memoria

Fotos: Archivo Confines

En medio de Berlín, Alemania, una ciudad cosmopolita, con modernos edificios y transitadas avenidas, aparece para romper la vista general del paisaje, la famosa iglesia Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche (en recuerdo del emperador Guillermo) que, por su deterioro, causa expectación. Lamentablemente la construcción fue bombardeada en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, pero se tomó la decisión de conservarla y crear un monumento conmemorativo con sus restos para recordar la insensatez de la guerra.

La iglesia se construyó entre 1891 y 1895 con base en los planos de Franz Heinrich Schwechten, de estilo arquitectónico neorrománico. El edificio original tenía cinco torres, la principal alcanzaba los 113 metros, la más alta de la ciudad; en su interior, mosaicos recordaban la vida y hazañas del emperador Guillermo I.

Su peculiar aspecto de castillo derruido y ennegrecido le otorga un encanto especial que realmente logra su objetivo: recordar a quien la ve que, mediante la guerra, solo se logra destruir personas y tesoros arquitectónicos.

Es necesario mencionar que la iglesia marca el comienzo de Kurfürstendamm, la calle más importante de Berlín, junto con Unter den Linden. Según la historia, esta obra fue construida bajo el mandato del káiser Guillermo II en honor a su abuelo, el káiser Guillermo I.

La nueva iglesia está compuesta por cuatro edificaciones independientes entre sí: El campanario, la capilla, la ruina que alberga un lugar de reflexión y una exposición sobre la historia del templo, y finalmente, el octágono que alberga la iglesia misma.

Al ingresar al nuevo templo se puede ver la obra en cristal de Loire y sumergirse en una luz azul. Además del efecto óptico se puede destacar la figura de un Cristo resucitado, con los rasgos de un hombre mayor y construido con un material con el que antes se hacían las balas.

Enfrente de la entrada de la iglesia se construyó una moderna capilla (llamada Iglesia Nueva) formada por cristales azules que reflejan una luz en su interior. En la parte trasera se encuentra un edificio octogonal repleto de ventanales azules, construido como campanario en 1960; actualmente alberga una tienda de recuerdos.

Aun cuando los berlineses no la denominan así, algunos guías de turistas y visitantes han dado en llamar a estos edificios, por su forma: la polvera, la muela picada y el pintalabios.