Texto: Édgar Rogelio Reyes
Fotos: Cortesía Paradisus by Meliá
A lo largo de los años el concepto Todo Incluido ha experimentado un importante proceso de transformación, el cual dio como resultado que muchas marcas y propiedades concientizaran la necesidad de darle un giro para seguir vigentes en el mercado; dicha evolución implicaba elevar los estándares de servicio y calidad a rangos nunca antes vistos con el objetivo de llamar la atención de un perfil especial de turistas.
Si bien el Todo Incluido fue durante mucho tiempo sinónimo de abundancia y practicidad, de forma paulatina y con la llegada de visitantes sofisticados y exigentes, las compañías hoteleras se percataron de que la oferta no podía seguir limitándose a una habitación y comida a manos llenas, sino más bien debía apostarse por la creación de experiencias que dejaran huella en el recuerdo de sus huéspedes, pasando de ser un producto estandarizado, a una verdadera experiencia personalizada.
Producto de esta evolución, marcas como Paradisus by Meliá se establecieron en México con la firme intención de redefinir dicho concepto y escalar un nuevo nivel llevando las experiencias a cada rincón y en cada momento, no solo en cuanto a sus instalaciones, sino también en la calidad de su servicio.
Para Conrad Bergwerf, Managing Director de Paradisus Playa del Carmen, el objetivo es claro, “buscamos que nuestros hoteles pasen de ser el escenario de unas vacaciones inolvidables a uno de los protagonistas de esas vacaciones inolvidables”; para ello, Paradisus echa mano de una característica que en Meliá se ha vuelto ya una constante: la excelencia.
Tarea nada sencilla si se toma en cuenta que para materializar el nuevo concepto no solo hace falta ofrecer habitaciones espectaculares, sino que esta particularidad se traslade a cada área del resort; a los restaurantes, bares, albercas e incluso el lobby, con la finalidad de tener una atmósfera integral en donde ninguno de los elementos desmerezca frente al otro.
“En Paradisus queremos que nuestros huéspedes se sientan sorprendidos no solo por lo amplias y elegantes de nuestras instalaciones, sino por lo deliciosos que resultan los platillos servidos en restaurantes como Vento o Pasión, o por uno de los espectáculos que se presentan en la alberca y, ¿por qué no?, hasta por nuestro Centro de Convenciones”, agregó Bergwerf.