Pueblos Mágicos, una fortaleza para Guanajuato

30 de Septiembre de 2019 en|Noticias

 
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Fotos: cortesía Sectur Guanajuato


Una de las fortalezas turísticas de Guanajuato, El Destino Cultural de México, son sus Pueblos Mágicos, los cuales guardan extraordinarias historias cuya trascendencia – en algunos casos -- marcaron el destino de nuestro país; Mineral de Pozos, Jalpa de Cánovas y Dolores Hidalgo, son tres puntos estratégicos donde encontramos la esencia de esos rincones ricos en cultura y tradición.


Un recorrido por estos puntos emblemáticos de Guanajuato resulta una experiencia singular, en el trayecto se aprecia desde los paisajes semidesérticos, colmados de cactáceas, hasta las cálidas y acogedoras ciudades llenas de color y sabor a pueblo.


Mineral de Pozos es un ejemplo de como un próspero pueblo minero, se convirtió en uno fantasma y, muchos años después, en un lugar vibrante colmado de piezas de arte, hoteles boutique y un centro histórico donde la sociedad tiene sus encuentros cotidianos.


Actualmente solo hay referencias de lo que fue en la época prehispánica, una región dominada por Chichimecas, Huachichiles, Copuces, Guaxabanes y Pames. Hacia 1576 los jesuitas fundan el Palmar de Vega que después se llamaría Mineral de Pozos, donde se edificó un fuerte para proteger las minas de Zacatecas.


No sabían los españoles que estaban encima de un verdadero tesoro. Al descubrirse los yacimientos de oro, plata, mercurio, cobre y varios minerales más, inició el desarrollo minero de esta zona.


En las primeras décadas del siglo XIX, con el Movimiento de Independencia, inició su decadencia. Las causas del abandono de las minas fueron la carencia de azogue, hierro y demás elementos indispensables para la operación, así como el retiro de capitales. El máximo esplendor de Pozos se logró durante el gobierno de Don Porfirio Díaz, periodo durante el cual llegó a contar con 80,000 habitantes. Lo peor para este pueblo comienza en el año de 1926, provocada por la inestabilidad generada por el movimiento Cristero.


Sus calles y edificios muestran el paso de los años y las diferentes épocas de su desarrollo. Alrededor del Jardín Juárez hay galerías de arte y artesanías de la región. A un costado está la Parroquia de San Pedro que se remonta al siglo XVIII y aún conserva el púlpito original y tiene la peculiaridad que sus paredes están recubiertas de frescos que semejan mosaicos.


Hay vestigios que datan del siglo XIX y la primera década del siglo XX; los turistas tienen la posibilidad de descender a una mina de 200 metros de profundidad. La Mina Cinco Señores, es una de las más grandes de la región y estuvo en operación hasta los años 40. A dos kilómetros del pueblo, la Mina Santa Brígida es un lugar especial, por los resabios de una hacienda, el fuerte, los hornos y el peculiar paisaje semidesértico de la Sierra Gorda.


Actualmente los hornos jesuitas, donde se extraía el metal, son el símbolo de esta localidad y una de las imágenes más divulgadas del Estado de Guanajuato. Tres torres simétricas junto a unos nopales que son testigo del esplendor minero de aquella época.


Hoteles.

Llama la atención su infraestructura hotelera. Tuvimos la oportunidad de visitar el Hotel Boutique Casa Diamante, inscrito en el Programa Tesoros; es una propiedad de 15 habitaciones: 4 master, 6 estándar y 5 sencillas. Cuanta con todos los servicios, conectividad, alberca; un excelente cocina mexicana-contemporánea, diseñada por el chef Sebastián Gálvez.


Cada Diamante es un hotel con su propia cervecería. En sus instalaciones se produce la cerveza Vopper. Un elemento importante que se convierte también en un atractivo. Los huéspedes puede visitar las instalaciones para observar la elaboración de la cerveza y, luego, participar en una cata de esta bebida artesanal.


Otra historia

En nuestro recorrido llegamos al Pueblo Mágico de Jalpa de Cánovas, enclave fundado en 1492, a partid de la Hacienda de Jalpa, una de las más ricas en ganado y agricultura de toda la Nueva España; este territorio fue una de las primeras localidades del Bajío novohispano, que tuvo su mayor esplendor durante los siglos XVII y XVIII. Cuenta con una naturaleza privilegiada, hermosos paisajes, ricos manantiales, tierra pródiga que invita a recorrerla para descubrir los secretos de una sociedad como Oscar J. Braniff, uno de los más conocidos y exitosos inversionistas en la época porfirista.


Dolores Hidalgo, la Cuna de la Independencia Nacional, nos recibió con un helado de la ya famosa La Flor de Dolores, que dirige Teresa Moncada. Es una empresa familiar dedicada a elaborar helados gourmet de diferentes sabores con frutos y cactáceas de la región. Es tal su éxito que próximamente se abrirán varias franquicias en otras ciudades del territorio nacional.


En este Pueblo Mágico nos envuelve el sentir nacional y se hace indispensable visitar la Casa Museo de Miguel Hidalgo, Padre de la Paria, así como la Parroquia mudo testigo del Grito de Dolores, la convocatoria inicial para tomar las armas en contra del régimen virreinal y de la corona española emitida por el presbítero Miguel Hidalgo y Costilla la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Pero también está el Museo de José Alfredo Jiménez y el Museo del Vino. Pero eso y más, es otro historia.