Texto Edgar Rogelio Reyes/ Fotos: cortesía Secretaría de Turismo Michoacán
El pasado viernes primero de agosto se celebró el Día Internacional de la Cerveza, una fecha que para muchos puede parecer trivial, pero que, en el caso de México, uno de los principales productores de cerveza en el mundo y una nación con una gran tradición cervecera, se trata sin duda de una ocasión especial y de una oportunidad inmejorable para brindar con un buen tarro, más aún si se trata de contar alguna de esas entrañables historias de éxito que existen alrededor de la cerveza.
Y que mejor caso de éxito, no solo de una cerveza sino de todo un destino cervecero que Colima; un estado del Pacífico Mexicano que en muy pocos años se ha posicionado como uno de los mejores productores de cerveza artesanal del país y con exponentes como la Cervecería Colima, la Cervecería de la Costa y otras más, ha logrado conquistar un mercado cada vez más exigente y en busca de propuestas originales.
Aunque si pretendemos entender a cabalidad cómo es que Colima fue tejiendo esta interesante y exitosa relación con la cerveza artesanal, lo primero que hay que conocer es la historia de la hoy famosa Cervecería Colima
Un referente de la cerveza artesanal que nació como una aventura
Para ello, tenemos que remontarnos al año 2014, cuando un grupo de amigos tuvo la loca idea de crear su propia cerveza artesanal e influenciados por el enorme boom que por aquellos años se vivía en torno a esta variante de la cerveza tradicional, decidieron probar suerte y apostar por la innovación en un mercado cervecero abrumadoramente dominado por las cervezas industriales.
Fue así que, haciendo gala de ingenio, conocimientos un tanto ambiguos y una buena dosis de “imprudencia” decidieron apostar por lanzar al mercado una nueva propuesta de cerveza que apostaba 100 por ciento ingredientes locales, que se salía de los moldes y que no tenía miedo de apostar por nuevos sabores más frescos, más potentes, pero sobre todo, no tenía miedo de apostar por la calidad, dejando claro que Colima bien podría convertirse en un nuevo epicentro del fenómeno de la cerveza artesanal en México.