Texto: Edgar Rogelio Reyes/ Fotos:Francisco Baeza y archivo Confines
Luego de la pandemia por Covid 19 que sumió a la industria turística a nivel internacional en la más profunda de las crisis que se tenga memoria, México y la mayoría de sus destinos turísticos han logrado revertir las tendencias negativas y a dos años extremadamente difíciles, por fin los números marcan el regreso de un crecimiento sólido que hace ser optimistas a la mayoría de los expertos.
En este contexto mucho más favorable y luego de las lecciones dejadas por la crisis sanitaria y el confinamiento, muchos destinos del país han asumido esta etapa como un nuevo comienzo; una oportunidad para restructurar procesos, ajustar objetivos, y en general, para replantear la hoja de ruta de cara a un escenario mucho más prometedor.
Este es el caso de Sonora, un estado que si bien en los últimos años ha logrado posicionarse cada vez más en el mapa turístico nacional como uno de los más importantes de todo el norte de México, ahora busca reforzar su presencia en el resto del país y dar a conocer no solo sus atractivos turísticos sino también sus incomparables ventajas para el turismo de negocios y de reuniones.
Y que mejor escenario para lograrlo que el actual auge alcanzado por la recolocación de empresas (nearshoring), fenómeno que está aumentado cada vez más la llegada de “turistas corporativos”, quienes luego de conocer el destino por motivos de trabajo, regresan no solo para disfrutar de unas vacaciones, sino para establecerse permanentemente como es el caso de muchos estadounidenses.