La aviación comercial, un asunto de seguridad nacional

10 de Junio de 2023 |Segmentos

 
Columna-Segmentos-aviacion-Comercial Columna-Segmentos-aviacion-Comercial Columna-Segmentos-aviacion-Comercial Columna-Segmentos-aviacion-Comercial

Texto: Juan Gerardo Reyes/ Fotos Cortesía Volaris, Aeromexico, Secretaría de Turismo Jalisco


Se imagina usted amanecer un día sin aviones. ¡Sí! Sin la posibilidad de volar a un destino nacional o internacional. O que las líneas aéreas suspendieran todas sus operaciones y México se quedara incomunicado por la vía área. Alguien podría sugerir la opción de una requisa y que el ejército operara las naves. Sí, pero si no hay equipos. O sea, que estos estén en otros países, porque las “líneas aéreas nacionales” decidieron un boicot contra el gobierno.


Esto indudablemente sería un grave problema para el transporte, turismo, para la conectividad, pero más aún, un problema de seguridad nacional. ¿Suena descabellado este escenario? ¿Imposible? ¿Improbable porque hay candados legales? Solo déjeme decirle algo, las llamamos “líneas aéreas nacionales”, pero no lo son tanto. La mayoría de ellas, si no es que todas, se componen en parte de dinero de empresas y empresarios mexicanos, pero combinado con capital de otras firmas internacionales o fondo de inversión de diversos países.


Por ejemplo, Aeromexico, según la información en la Red, incluida Wikipedia, es un holding mexicano con sede en la Ciudad de México fundado en el año 1988; tiene, entre otros accionistas, a un grupo de inversores en porcentaje no revelado 62.72%; 21.28% es de Belliut SA de CV (Monterrey); Banamex 17.91%; Delta Air Lines 4.17% y en stocks públicos 15.2 por ciento.


Desde la propia empresa (Aeromexico) se informó que con la reestructuración que tuvo¬— a consecuencia de su proceso de quiebra y su salida del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos—, que entre sus accionistas se encuentran Apollo Global Management, así como los existentes y nuevos inversionistas mexicanos que forman el grupo de control de voto. También hay dinero de The Baupost Group, Silver Point Capital, Oaktree Capital Management y otros fondos que formaban parte del grupo ad-hoc de acreedores, después de haber invertido aproximadamente 720 millones de dólares en nuevo capital.


Bajo este esquema operan el resto de las “líneas aéreas mexicanas” como Volaris y VivaAerobus. Y otras que no sobrevivieron a las malas administraciones y se fueron a la quiebra, como es el caso de Mexicana de Aviación e Interjet, las cuales buscaron un rescate gubernamental sin éxito.


Esto muestra el grado de vulnerabilidad de México en el tema de aviación. Son pocas las empresas que dan este servicio, pertenecen a grupos empresariales muy diversos y el mercado es muy grande, lo cual nos lleva a otra situación lamentable; la falta de conectividad en regiones apartadas del país, porque no les interesa llegar a lugares que no son rentables, o sea, no les deja una utilidad, dinero pues.


En este contexto, el anuncio de la creación de una línea aérea del Estado Mexicano cobra sentido e importancia. Se abre una puerta para atender muchos aspectos relacionados entre sí. Por un lado, se limita el peligro de que el país en algún momento, ante el enojo de empresarios, quedara incomunicado; por el otro, se potencializa la competencia para estimular a las líneas aéreas a incrementar sus vuelos, principalmente a los lugares más apartados, la famosa conectividad que tanto necesita el turismo.


Pero más aún, se resuelve un problema de seguridad nacional, entendida esta como una condición indispensable para garantizar la integridad y la soberanía nacionales libres de amenazas al Estado. La Ley de Seguridad Nacional en su artículo tercero, la define como las acciones destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado.


Hoy sabemos que la Secretaría de Hacienda autorizó la creación de la empresa aérea paraestatal que será operada por la Secretaría de la Defesa Nacional (Sedena) y podrá transportar pasajeros nacionales, internacionales, realizar vuelos de carga de mercancías y correo, así como fletes bajo la modalidad de paquete turístico o traslado, chárter y taxi aéreo. De esta forma se genera competencia y se amplía la cobertura y conectividad de los servicios aéreos del país.


Según el decreto publicado, la empresa fue denominada Aerolínea del Estado Mexicano, y forma parte de los proyectos que controlará la empresa estatal Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica. La aerolínea despegará en menos de ocho meses (según lo proyectado) desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). En esta etapa inicial se prevé cuente con una flota de cuatro a cinco aviones rentados hasta alcanzar una flota de diez aeronaves aproximadamente.


Según la Secretaría de Hacienda, en el oficio publicado en el Diario Oficial de la Federación, el propósito es “mejorar la calidad y cobertura de los servicios aéreos, así como impulsar la conectividad en el mercado en que existe demanda, lo que representará un motor de crecimiento, desarrollo y competitividad a nivel nacional e internacional, además de que se fortalecerá la captación de divisas e inversiones nacionales y extranjeras”.


La nueva aerolínea tendrá participación estatal mayoritaria variable y estará representada por 100 acciones nominativas, cuyo valor nominal será de 10 mil pesos cada una (564 dólares). Con ello, el monto inicial de la participación estatal será de un millón de pesos (56 mil 400 dólares), de los cuales 990 mil pesos corresponden a Sedena y 10 mil pesos al Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada.


Queda claro que esto, más que la operación de una nueva aerolínea, es garantizar la seguridad nacional y, al mismo tiempo, una medida para impulsar el mercado aéreo nacional, así como darle mayor relevancia al AIFA.


Falta terreno por recorrer y despejar muchas dudas como saber qué tipo de aerolínea será o si sacrificará el precio por la calidad como es el caso de las líneas de bajo costo, imitando a Volaris o Viva Aerobus, que ofrecen precios bajos a cambio de cobrar por separado prácticamente cualquier servicio extra como el equipaje, amenidades, golosinas y comida, que tanto problema ocasiona.


En suma. Los primeros pasos ya se dieron. México tendrá de nueva cuenta, una línea aérea bandera que responda a intereses nacionales y diluya, por completo, cualquier amenaza que implique dejarla fuera del mercada aéreo, más aún ahora, cuando se vislumbra un repunte del turismo a nival nacional e internacional.


Pero como siempre, la mejor opinión es la de usted.


Podemos recibir sus comentarios:

jg@confinesturismo.com.mx