La epidemia de COVID-19 juega a favor de Miguel Torruco

Texto: Juan Gerardo Reyes

fotos: Archivo

Desde antes que asumiera la presidencia de México, y hoy que ya tiene casi 20 meses en el cargo, dije y lo reitero: “el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, no es un peligro para el turismo”. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de su secretario, Miguel Torruco Marqués a quien le vino como “anillo al dedo” la epidemia de la COVID-19, la cual permite, hasta ahora, ocultar todas sus pifias.

Vamos por partes. El presidente López Obrador analizó la situación del turismo y su principal arma promocional: el Consejo de Promoción Turística —plagado de fallas–, los desvíos de recursos y la alta corrupción; con base en ello, tomó decisiones y propuso alternativas como el Tren Maya, una fórmula para favorecer al sector.

En cambio, Miguel Torruco solo busca los reflectores, se cumplió su más anhelado sueño de ser el secretario de turismo, pero poco hace por honrar el puesto, tiene un discurso emotivo pero hueco. Y para la industria turística solo hay ocurrencias como el Consejo de Diplomacia Turística que nació muerto, los embajadores no tienen el tiempo, ni el conocimiento, ni los recursos para la promoción. ¿Si no, dígame usted cuáles son los logros de este consejo que ni siquiera intervino para atenuar las alertas más recientes que lanzó Estados Unidos contra México?.

No hay una estrategia para el manejo de crisis ni mucho menos una política de mitigación de daños.

En la práctica, Miguel Torruco no tiene un verdadero Plan Nacional de Turismo, ni una estrategia de comunicación, menos aún el deseo de sentarse seriamente con el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, y mostrarle, con base en evidencia, la necesidad de una estrategia de promoción turística; explicarle que los recursos del Derecho de no Inmigrante se estableció en la ley para este fin, que cada peso que va a turismo no es un gasto, es una inversión que se multiplicará en beneficios sociales con la generación de empleos y la entrada de divisas.

Si nos preguntáramos cuál es el papel de un secretario de estado, en este caso el de turismo, nos queda claro que no es el “florero”, suponemos que debería ser un político con el conocimiento necesario para negociar, concertar, acordar lo necesario para fortalecer su sector. No solo ser comparsa o aplaudidor de las políticas federales. Es necesario exponer, proponer e imponer una política que responda a los ideales de un gobierno de transformación, en conjunto con todos los actores de la industria turística nacional, sector que en términos más conservadores tiene un valor de 70 mil millones de dólares; generaba (hasta antes de la pandemia), un 9.1 del Producto Interno Bruto Nacional, 4.5 millones de empleos directos y era la mayor generadora de divisas, luego de las remesas de los migrantes en Estados Unidos y por encima de las ventas de petróleo.

Lamentablemente en este esquema los empresarios turisteros, tampoco han jugado su mejor papel, porque en privado se quejan de la actual política turística, pero cuando hay foros donde pueden mostrar sus desacuerdos, prefieren aplaudir; en público apoyan y rumen su desacuerdo en privado.

Las pifias más recientes de la secretaría de Turismo fue la vergonzosa campaña “Mom, I’m in Acapulco” que fue impulsada por la dependencia en las redes sociales, la cual, además de mal gestada, iba en sentido contrario de las campañas gubernamentales para reducir los contagios por COVID-19.

Fue el Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, quien la desaprobó, y tras decenas de críticas en redes sociales, la Sectur decidió eliminarla. “Lamento la equivocada campaña de promoción de Acapulco; inoportuna, insensible e imprudente. Si no nos ayudan, no nos perjudiquen”, comentó el mandatario.

Una más. La dependencia también se suma al pleito entre un proveedor y el operador de la plataforma visitmexico.com, una de las pocas herramientas que aún quedan para promover el turismo en México. Se sabe que el viernes 24 de julio fue “inhabilitada por falta de pago”, pero Sectur señaló que había sido hackeada.

La realidad es que el operador de la página, Braintivity, propiedad del empresario Marcos Achar, y su proveedor de tecnología, Tecnocen.com tienen un pleito que pegó a la plataforma y, de paso, a la Sectur y la promoción turística del país.

En este contexto salió Miguel Torruco y aseguró que la pagina fue hackeada por alguien de Tecnocen.com por lo que ahora enfrenta una demanda ante la Secretaría de la Función Pública, por la falsedad (supuestamente) de sus declaraciones.

Lo dicho. La epidemia de la COVID-19 le cayó como “anillo al dedo” a Miguel Torruco, porque quién podría reprocharle su ineficacia e incapacidad en medio de esta terrible enfermedad que tanto ha dañado al mundo y de la que aún estamos lejos de salir.