La impresionante Basílica de Santa Sofía

20 de septiembre de 2019 en |Noticias


Fotos: Archivo Confines


Inmensa, es el primer calificativo que viene a la mente cuando uno intenta describir la Basílica de Santa Sofía, el monumento más famoso de Estambul que, dicho sea de paso, es colosal en todos los sentidos, por factores como su estructura, el lugar donde se encuentra, lo que encierra, pero sobre todo por su historia, al ser un elemento fundamental en la formación de la cultura occidental, con el nacimiento del cristianismo.


Su interior tiene una dimensión de 100 x 70 metros y está coronada por una cúpula de 67 de alto, y entre 30 y 33 de diámetro. Hay quien afirma que dentro de Santa Sofía se podría meter entera la Catedral de Notre Dame de París.


Hoy, este edificio es un tesoro nacional, pero antes fue una iglesia, después una catedral bizantina, siendo la más grande del mundo durante más de mil años, hasta que finalizaron las obras de la Catedral de Sevilla en 1520; en 1453 fue tomada por el Imperio Otomano y convertida en mezquita. Sus características cristianas fueron cubiertas o retiradas y se agregaron nuevas particularidades islámicas. Poco después de que se proclamara la República de Turquía, Constantinopla se convirtió en Estambul y la mezquita fue cerrada. Actualmente funciona como un museo y está abierto a todo el público.


Esta maravilla arquitectónica es el reflejo, la expresión y la amalgama de varias culturas que conviven en un país como el turco. Cuando uno llega a Santa Sofía, tiene que aguantar la respiración por su majestuosidad y dimensiones extraordinarias.


La iglesia fue encargada por los romanos y se abrió en el año 360 después de Cristo, antes de convertirse en el principal lugar de oración cristiano de Constantinopla. Luego de que el edificio fuera destruido en dos ocasiones −hasta llegar al inmueble que actualmente conocemos como “Ayasofya” (Sagrada Sabiduría, en turco) −, una nueva basílica se construyó en el siglo VI, y Santa Sofía se convirtió en el centro del Cristianismo Ortodoxo Oriental.


Con sus cuatro minaretes y su gran cúpula central, Santa Sofía ofrece una vista panorámica de la ciudad de Estambul. Desde el atrio exterior, cinco portales se abren hacia el nártex o vestíbulo interior, donde se puede admirar mosaicos del siglo IX y frescos cristianos del siglo X. La cúpula está decorada con inscripciones islámicas de versos del Corán. La esquina oriental de los jardines alberga los mausoleos de varios sultanes.


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