Muere Manuel Felguérez y la Generación de la Ruptura

21 Junio de 2020 | Noticias

 

Fotos: Cortesía Sectur Zacatecas

 


A los 91 años de edad muere el maestro zacatecano Manuel Felguérez, referencia obligada de la cultura nacional, el cual ocupa el punto más alto del arte abstracto mexicano, es además de los principales creadores de los siglos XX y XXI. Y uno de los últimos integrantes de la Generación de la Ruptura, un movimiento artístico surgido en la segunda mitad del siglo XX, que se desligó de los postulados del muralismo.


Según los especialistas Felguérez es considerado unas de las figuras clave en el desarrollo del arte contemporáneo en México; su obra ha recorrido el mundo entero. El artista nació el 12 de diciembre de 1928 en la Hacienda de San Agustín del Vergel, en Valparaíso, Zacatecas.


Felguérez tiene una vasta obra pública y privada, así como el museo de arte abstracto que lleva su nombre en la ciudad de Zacatecas.


Para el artista “producir arte es relativamente fácil, lo que es casi imposible es venderlo, y vivir de ello, peor. –Decía: Al final de la vida, sabe uno que le queda poco tiempo, piensa ¿qué va a pasar con las chácharas que ha producido durante tantos años?.


Bajo esa premisa y preocupación, hace 20 años nació el Museo de Arte Abstracto en Zacatecas (1998), uno de los atractivos culturales más importantes de la capital zacatecana.


El gobernador zacatecano, Alejandro Tello, lamentó el fallecimiento del escultor y emitió un comunicado en el que apunta:


“Hoy Zacatecas y México están de luto, hemos perdido a un hombre excepcional y a uno de los mayores exponentes del arte abstracto en el mundo: el maestro, pintor y escultor Manuel Felguérez Barra, figura clave en el desarrollo del arte contemporáneo, cuya obra y legado han sido fundamentales para la renovación radical de la cultura. Descanse en paz”.


La Gaceta de la UNAM recordó que Manuel Felguérez fue homenajeado (2019) en el Museo Universitario de Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) con una exposición como motivo de su cumpleaños número 90.


En el mismo, Felguérez reflexionó junto a la curadora Pilar García sobre los motivos detrás de la exposición:


“No queríamos hacer una retrospectiva ni tampoco una exposición actual, así que el nombre gira en torno a la palabra trayectoria. Pretendo enseñar un poco de lo que hago para que la gente perciba el camino que empezó en 1947 y del que todavía siguen saliendo cosas nuevas. Tomé esta decisión, entre otras cosas, porque uno de mis pensamientos estéticos esenciales es que el arte es creación, así que no se vale repetir”.


“Siento que cuando un artista se repite, se vuelve artesano de sí mismo y deja de producir arte. Es fácil que uno piense de esta manera y que tenga la pretensión de hacerlo, lo difícil es mantenerte con esa postura sesenta o setenta años, siempre encontrando nuevos caminos para que la obra vaya girando. El otro cuidado que tengo es que —y eso me lo han dicho varios críticos— siempre se reconoce cuando una obra es mía. Presumo no sólo de variar, sino de variar dentro de unos límites”, recordó Felguérez.


La “exposición despliega tres momentos creativos que marcaron los cambios de rumbo dentro de su producción: los murales de desecho, La máquina estética y su obra más reciente”, asentó el museo en el catálogo de la muestra.


Entre las obras que se incluyeron en la exhibición destacaban un vitral que se presentó por primera vez, así como el Mural de hierro (1961) rescatado por la Universidad Nacional luego de permanecer en el cine Diana más de 50 años. Además, la exposición permitió restaurar y recuperar piezas icónicas del artista, como es el caso del Muro de las formas mecánicas, escultura que realizó para el Deportivo Bahía a principios de la década de los 60 del siglo pasado.


Con base en su biografía, para Felguérez “a la UNAM le debo la mitad de mi vida”, pues impartió clases en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y laboró en el Instituto de Investigaciones Estéticas, de 1973 a 1992.


Al acabar la preparatoria Felguérez viajó a Europa en 1947. “Si hablo de mi vocación artística –indicó-- Notre Dame fue mi nacimiento en el mundo del arte, la Capilla Sixtina mi bautizo y una exposición de Turner, en Londres, mi confirmación.


Impartió clases en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, en 1967, y fue investigador huésped de la Universidad de Harvard en 1975, año que obtuvo una beca Guggenheim. Los resultados de su experimentación fueron publicados en el libro El espacio múltiple.


Entre los múltiples premios que recibió en vida sobresalen: el Segundo Premio de Pintura de la Primera Trienal de Nueva Delhi, India (1968); el Gran Premio de Honor de la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil (1975), el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes.(1988) y el Premio de Artes del Estado de Zacatecas (1998). Desde 1993 era miembro de número de la Academia de Arte.


En un nuevo viaje a París Felguérez estudió escultura, de 1949 a 1950, y de 1954 a 1955, con Ossip Zadkine, escultor francés de origen ruso formado en el cubismo. Esto fue en la Academia de la Grande Chaumier, gracias a una beca del gobierno francés.


Felguérez fue uno de los artistas pioneros en trabajar con la computadora como una herramienta artística y adelantarse a lo que hoy parece algo muy común: la inteligencia artificial. En el tiempo que fue docente en la Universidad Iberoamericana (1956-1961) incursionó en el arte digital al lograr trabajar una vez por semana durante una hora en la UNAM que, en ese momento, tenía una de las tres computadoras existentes en el país. Allí empezó a experimentar con la geometría.