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Turismo médico un sector poco fiscalizado
24 de Mayo de 2023 |Segmentos




Texto: Juan Gerardo Reyes/ Fotos: Archivo
Existe un segmento en la industria denominado turismo médico. Según la Organización Mundial de Turismo (WTO por sus siglas en inglés), es un tipo de actividad turística que implica la utilización de recursos y servicios de curación médica con base empírica. Puede incluir el diagnóstico, el tratamiento, la cura, la prevención y la rehabilitación. Sin embargo, va más allá, es un fenómeno económico muy socorrido y poco fiscalizado.
El desplazamiento de personas para recibir una atención médica lejos de su lugar de residencia o, incluso, fuera de su país, no es nuevo. Una de las referencias más antiguas se registró con la inauguración del hospital de Al-Mansuri en El Cairo, Egipto, en el 1284 de nuestra era. Ahí llegaban personas de diferentes partes del mundo conocido para tratar diversas enfermedades. Aun cuando es difícil pensar si una persona o familia con un problema de salud, pueden, al mismo tiempo, conocer o divertirse en algún destino; los promotores de este segmento turístico, buscan explotarlo bajo esa premisa, aunque muchas veces no les da resultado. Sin embargo, el simple desplazamiento genera una fuerte derrama económica por el trasporte, hospedaje y alimentación.
Otro ejemplo muy notable fue el de la ciudad de Miami. En los años 90 su infraestructura hospitalaria creció a un ritmo acelerado, había más hospitales por persona de lo que necesitaba la ciudad. Ante tal situación se inició una campaña a nivel continental para incentivar a la población de América Latina a visitar la ciudad, sus bares, sus restaurantes, hoteles y, ¡claro!, sus playas. Simultáneamente atendían su salud y, de ser el caso, solucionar cualquier problema médico. Tenían los recursos humanos, médicos y la infraestructura necesaria. A decir verdad y, salvo su mejor opinión, nunca se logró concretar esta ecuación: salud más diversión.
Un ejemplo más. Houston, Texas. Aquí, las personas llegan para un chequeo médico o la realización de una operación de bajo riesgo y la combinan con las compras. Esta ciudad encontró en el consumo una beta enorme que hasta la fecha permanece.
En ambos casos, los altos costos de la atención, el problema de visado y las restricciones de viaje por los ataques terroristas, así como los malos tratos de las personas de migración en los Estados Unidos, limitó, limita y limitará un mayor desarrollo de este sector. Como alternativa nacieron destinos que se nutren de aquellos viajeros que buscan atención médica, principalmente más baratos y con igual o mejor calidad que en Houston.
Hay muchos países que lograron acaparar gran parte de este mercado, como es el caso de Tailandia y, en buena medida, México. En nuestro país los servicios médicos son hasta 70 por ciento más baratos comparados con los Estados Unidos. Este pequeño gran detalle detonó el auge del sector en la frontera de nuestro país. Se calcula que el turismo médico en México represente 8.8 mil millones dólares o sea 5.8 % del total a nivel mundial, según datos de empresas como Deloitte, especialista en servicios de auditoría, consultoría y asesoramiento financiero.
La oferta de servicios médicos en nuestro país crecio no solo en la frontera norte; hay registros de servicios en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Quintan Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas y Yucatán. De la población que se recibe un 70 % de pacientes son estadunidenses, cifra que crecerá conforme la generación Baby Boomers requiera de mayor atención médica. Salvo contadas excepciones, los servicios médicos, las instalaciones y el personal médico, es de la más alta calidad y cuentan con certificación internacional. Por ello, México recibe 1.2 millones de viajeros al año, solo superado por Tailandia que suma 1.8 millones.
Lamentablemente no todo es bueno. Hay una marcada evasión fiscal que, tan solo en la frontera norte de México, llega a los 500 millones de dólares, poco más de 9 mil millones de pesos. Los profesionales de la salud no dan factura, recibo o nota de remisión. A los pacientes tanto norteamericanos como de otras latitudes, no les sirve el documento. Además, los seguros no cubren ese tipo de gastos, por lo tanto, se genera un hoyo negro fiscal.
Aun cuando hay intervenciones quirúrgicas de alto nivel, la mayoría de las personas, cuando menos en la frontera norte, acuden por necesidades de cuidado odontológicos, estéticos y cirugías menores, generalmente ambulatorias, o sea, de entrada, por salida.
En este contexto sería bueno que las autoridades de la Secretaria de Turismo y el resto de las dependencias involucradas, como la de Salud, Hacienda, Relaciones Exteriores y Gobernación, por ejemplo, pusieran atención a este sector. Hay muchas razones. En principio para apoyar al mejor desarrollo de este sector que promete crecer; luego por la necesidad de una adecuada regulación y fiscalización, para evitar fraudes y la llegada de empresas llamadas “patito” que solo se dedican a estafar, pero sobre todo para evitar daños que pudieran traer un problema grave al país.
Pero, además, estoy convencido de que al país no le caerían nada mal esos 500 millones de dólares que, hasta hoy, cuando menos, no recauda la Hacienda Pública.
¡Pero como siempre, su opinión es la mejor!
Comentarios: jg@confinesturismo.com.mx